🔍 Introducción
La infraestructura energética mundial no es homogénea. Hay puntos clave —hubs de carga, descarga, almacenamiento o distribución— cuya alteración puede desencadenar crisis globales en menos de 72 horas. El conflicto Israel-Irán ha puesto en alerta a puertos, terminales flotantes y centros logísticos desde Omán hasta Róterdam. Hoy más que nunca, la guerra energética se decide en enclaves concretos con nombre y coordenadas.
📍 Terminales en alerta: Zeebrugge, Fujairah, Ashkelon y Sidi Kerir
- Zeebrugge (Bélgica): el corazón del GNL europeo. Altamente expuesto a saturación si se bloquean rutas del sur.
- Fujairah (Emiratos): alternativa crítica a Ormuz. Blanco potencial si Irán activa acciones indirectas.
- Ashkelon (Israel): ha reforzado defensas tras la operación Rough Rider. Vital para suministros mediterráneos.
- Sidi Kerir (Egipto): terminal clave del Oleoducto SUMED, ahora bajo presión logística por inestabilidad en el Sinaí.
🛑 Saturación logística y puntos de fallo
Un informe del Energy Intelligence Group revela que el 62% del GNL europeo entra hoy por solo 4 terminales. Cualquier sabotaje, ataque o fallo técnico en uno de ellos podría disparar precios y activar planes de emergencia en Bruselas y Berlín.
Del mismo modo, los oleoductos que cruzan Turquía, Ucrania y el Cáucaso están ahora bajo vigilancia militar y cibernética permanente.
📦 Planificación de resiliencia: ¿dónde están los cuellos de botella?
Las grandes petroleras y operadores de GNL están activando modelos predictivos con IA para anticipar fallos en cadena. Pero no todos los países tienen acceso a esta tecnología.
Los gobiernos y empresas sin planificación geoespacial estratégica podrían perder semanas de entregas y millones en penalizaciones logísticas.
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