
🔍 Introducción
El verano 2025 se perfila como uno de los más convulsos en la historia reciente de la energía global. A la tradicional subida estacional del consumo, provocada por el auge de los viajes aéreos y desplazamientos por carretera en Europa y América del Norte, se suma el coletazo estratégico de la Guerra de los Doce Días entre Israel e Irán. Esta combinación explosiva ha colocado al petróleo y al gas natural en el centro de una tormenta perfecta: geopolítica, logística y energética.
🛫 Turismo masivo, refinerías al límite
Según datos de la IATA, julio y agosto romperán récords de vuelos intercontinentales postpandemia. Cada avión en el aire eleva la demanda de queroseno, arrastrando al alza el precio del barril. En paralelo, la circulación en carretera en Europa y EE. UU. se intensifica, presionando la demanda de gasolina y gasoil refinado, justo cuando las refinerías europeas operan en niveles críticos de capacidad.
🚢 El bloqueo invisible: del Suez a la costa africana
La amenaza iraní de cerrar el Estrecho de Ormuz y la creciente peligrosidad del acceso al Canal de Suez —con ataques puntuales a buques por milicias respaldadas por Teherán— han forzado a muchos cargueros y tanqueros a redirigir su tránsito por la costa africana.
El trayecto alternativo por el Cabo de Buena Esperanza puede añadir hasta 12 días de navegación, con un aumento del 30-50% en los costes de flete, según cifras del Baltic Exchange. Esto afecta no solo a los flujos de petróleo y GNL, sino también a mercancías generales, ralentizando cadenas de suministro clave para Europa y Asia.
📈 Volatilidad estructural: precios que no esperan explicaciones
El barril West Texas (WTI) superó ya los 77,400 dólares, tras la acción militar conjunta norteamericana-israelí, ha corregido hasta los 64,936 a la espera de un aumento de precio impulsado por la combinación de demanda estacional, rutas alteradas y percepción de riesgo creciente. Las petroleras más expuestas al Golfo Pérsico están reajustando sus contratos y coberturas de riesgo. ExxonMobil y Aramco han reforzado sus seguros marítimos y aumentado sus reservas estratégicas, mientras Chevron retrasa exportaciones no esenciales desde sus terminales asiáticas.
🧭 Un mundo sin canal ni certidumbre
El cierre del Canal de Suez es todavía improbable, pero el solo hecho de que Irán pueda amenazar el Estrecho de Ormuz con credibilidad —donde transita el 20% del petróleo mundial— introduce un “riesgo de colapso logístico” en todas las matrices de planificación estratégica de las energéticas globales.
En este contexto, la operación israelí Rough Rider ha sido leída por los mercados como un intento de contener el avance asimétrico de Teherán, ofreciendo una válvula de presión táctica ante el creciente poder naval indirecto de Irán.
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